Las Residencias Propias del PAMI
Las residencias de larga estadía para mayores
pertenecientes al INSSJP (PAMI),
nacieron a principios de los años '70
dando cuenta de una historia de empeños
y de luchas perdidas.
Sin embargo, en sus sinuosidades
dejaron estelas de hechos y procesos
pendientes de rememoración
para el cultivo del alma institucional del PAMI
El filósofo, crítico y ensayista Walter Benjamin desarrolló la idea de la historia desde una perspectiva crítica, destacando la importancia de contarla desde el punto de vista de los perdedores o vencidos, en lugar que desde la tradicional óptica de los vencedores. Según Benjamín, la historia convencional a menudo se narra desde la perspectiva de los poderosos y los victoriosos, lo que crea una visión sesgada de los acontecimientos históricos.
Este pensador insistió en rememorar el pasado y la tradición de los oprimidos con una doble perspectiva: en primer lugar, para señalar que dicha tradición nos enseña que existen momentos excepcionales en los cuales, se en cuestión lo reglado y en segundo lugar, esta mirada retrospectiva nos permite descubrir los momentos utópicos, los instantes de liberación ocultos en la escritura del vencedor que nos sirven como fuerza moral y como argumentos críticos para la resistencia a los triunfadores en el presente.
Como ocurrió con otros escritos, me introduzco arbitrariamente en aspectos de la historia del PAMI (nombre popular del Instituto Nacional de Servicios Sociales para Jubilados y Pensionados de la República Argentina, INSSJP) recuperando, en este caso, aspectos paradojales y con claroscuros, de las llamadas residencias propias de dicha Obra Social. Dichas instituciones, surgieron, casi en los orígenes del INSSJP, procurando ofrecer respuestas, orientadas a solucionar problemas, sobre todo de falta de vivienda de sus beneficiarios y beneficiarias.
La primera de ellas surgió en la Provincia de La Rioja con 45 plazas fijas y 76 de turismo. A posteriori el PAMI planteó algunas experiencias dentro de la Provincia de Sante Fé. Tras la finalización del gobierno Militar del General Lanusse, con el advenimiento de la democracia, durante los breves lapsos constitucionales de Héctor Cámpora, Juan Perón e Isabel Perón, surgió el llamado Programa de Tercer Nivel del INSSJP, marco estratégico gerontológico verdaderamente innovativo para su época, basado en un abordaje integral, sociosanitario, personalizado, progresivo y continuo de las problemáticas de las personas mayores.
Ese marco programático, contó con la sola referencia en nuestro País, de las experiencias sostenidas por el Dr. Ramón Carrillo, a cargo del Ministerio de la Salud Pública, poco más de dos decenios antes, de esta experiencia, dentro del INSSJP. El PAMI aceleró la compra de tres residencias chicas (con una capacidad de entre 20 y 40 plazas) en tres barrios de la Capital Federal hoy conocida como Ciudad Autónoma de Buenos Aires), manifestando una fuerte intención de reconocer y agendar los problemas sociales juntos con los clásicos temas sanitarios. Sus nombres devinieron de las calles en las cuales se ubicaron sus plantas físicas: Residencias Yerbal, Perú e Independencia.
Muchos años después, entre documentos obrantes en lo que era el Centro de Documentación del PAMI pude rescatar una copia del documento denominado Génesis del Programa de Residencias para Mayores, detallado a explicitar las características de las tres residencias chicas nombradas. Las mismas fueron pensadas, en su origen, como pensiones integradas para el alojamiento de personas mayores que podían valerse por sus propios medios incluyendo además afiliados ambulatorios en relación de 2 por cada residente internado permanente. Esa relación se entendía apropiada para favorecer su interrelación psico-social.
El objetivo a largo plazo consistía en dar respuesta al déficit habitacional en las concentraciones urbanas de mayor densidad de beneficiarios correspondientes a distintas provincias del país. Para ello se compulsaron los bajos ingresos de la población beneficiaria, la falta de núcleos familiares y también problemas de convivencia con los familiares. Se intentó generar una modalidad que se calificó como innovadora en este campo.
Estas primarias intenciones se desdibujaron, con una nueva ruptura de la democracia en marzo del año 1976, lo que también conllevó múltiples efectos en las propuestas innovativas procuradas desde el INSSJP. Durante este nuevo y triste período en la zona gris que generó el Proceso de Reorganización Nacional se compraron dos residencias grandes, edificios de propiedad horizontal, con más de cien plazas Cabildo y Balcarce (con nombres, también correspondientes a las calles donde estaban ubicadas), y la curiosidad que esos edificios, con antelación a su compra, fueron inmuebles habilitados como albergues transitorios.
Debo recordar que mi historia laboral dentro del INSSJP, dio comienzo en septiembre de 1975, habiendo concluido mis estudios como Licenciado en Psicología en la UBA a fines del año 1979. Tras haberme desempeñado en un cargo administrativo pedí mi traslado al Departamento de Tercer Nivel del PAMI Central del que dependían los programas de salud mental, discapacidad, internaciones geriátricas (dentro de las que se ubicaban los servicios de las Residenticas Propias). Este traslado se terminó efectivizando a principios del año 1980 después de sostener una entrevista con el Gerente de Personal de PAMI, el que me aconsejó que no pidiera el mantenimiento de la categoría de revista que tenía hasta ese momento, porque los psicólogos estaban mal vistos.
Tras aceptar voluntariamente una rebaja, con respecto a mi sueldo anterior, ingresé finalmente a la Residencia Cabildo que contaba con más de 100 mayores institucionalizados, revistando en el ámbito de las Residencias Propias hasta el año de 1986,oportunidad en la que solicité mi pase a la Agencia 9 de la Delegación de PAMI de la capital Federal, aclarando, en mi pedido de traslado, que disentía con el proyecto de las Residencias Propias, en esos momentos, alejado de las necesidades de las personas mayores.
En la época que hice mi ingreso a Cabildo, en la Argentina se producía un ajuste de corte neoliberal decidido y liderado por la Dictadura Militar, que regía los destinos del País. Debo dejar aclarado que no busco en estas páginas, ordenar la serie de recuerdos, con un orden pre estipulado, sino a enunciarlos conforme fueran apareciendo en mi memoria lo que puede oficiar como un catalizador para la tarea cartográfica gerontológica, facilitando el consiguiente armado de distintas constelaciones significantes y generando búsquedas de nuevos sentidos, en un movimiento que no aspire a quedar anclado en mi sola interpretación.
La Residencia Cabildo, fue adquirida, entonces, dentro de la segunda tanda de compras de este tipo de establecimientos, por parte del PAMI y en diferentes tiempos políticos e institucionales. Todo ello generó un fuerte cimbronazo en la filosofía de las primeras residencias chicas. Estaba ubicada en la intersección de las calles Correa y Cabildo en el barrio de Núñez en la Capital Federal y se extendía hacia el cielo con nueve pisos de altura, mientras que en su planta baja desplegaba un comedor y en una extensión de su base había una superficie correspondiente a la ubicación de la administración de la Institución, Contaba con un solo ascensor que no admitía el traslado de camillas y en el primer piso se sumaban algunos consultorios correspondientes a los profesionales médico, de psicología, servicio social, terapia ocupacional y office de enfermería.
Recuerdo que cuando llegué no tenía donde ni como referenciarme profesionalmente. Y se sumaba el hecho que las residencias no hacían reuniones entre los profesionales, de los equipos, de las distintas residencias y además no había datos ni registros del colega que había cumplido mi rol con antelación en el ejercicio de dicho cargo. Como jefe de la División, a cargo de todas las Residencias Propias se desempeñaba un médico cirujano que también trabajaba en el Hospital Médico Policial Churruca-Visca. En oportunidad de dicho ingreso me hicieron saber que dependía del Área Médica de la Residencia y el responsable del sector médico, en la primera reunión, que mantuvimos, me específico que estaban prohibidas dentro de mi rol las estrategias grupales, dado que no figuraban dentro de mis misiones y funciones.
Durante el tiempo que trabajamos juntos, en la Residencia, dicho profesional aspiró a que hiciera centro de mis actividades en aquellas personas mayores internadas que evidenciaran una mala adaptación a la institución y al tratamiento médico en particular. La residencia, al estar pensada para personas autodependientes, generaba un gran rechazo entre los internos la posibilidad de ser trasladados a otros prestadores privados, con convenio con PAMI, en condiciones de atender a personas dependientes. Solía ser habitual que aquellos con problemas de incontinencia ocultaran esa condición a fin de resistir eventuales traslados.
Al conocer a la trabajadora social con quien intenté desarrollar más tarde espacios grupales (coro, grupos de reflexión, etc.) me llamó mucho la atención porque vestía un guardapolvo blanco, como si el ámbito fuera hospitalario.
A poco de ingresar a esta Institución me encontré, accidentalmente y en la calle, con un colega psicólogo del Distrito 6, de la Capital, de nombre Hugo, quien al enterarse que había pedido trabajar en Cabildo, me preguntó sin ninguna inhibición, si no estaba loco por haber asumido la decisión de ser psicólogo en residencias propias…
Si bien las dificultades para acceder a viviendas por parte de las personas mayores eran evidentes, en las residencias propias convivían personas que requerían. A todas luces, de dichas plazas junto con ex funcionarios del Proceso Militar, familiares de artistas y hasta de altos prelados eclesiásticos. También recuerdo, que, en ese entonces, los administradores de algunas de las residencias eran personal retirado de las fuerzas armadas como en el caso de Cabildo.
Al cabo de dos años y medio fui convocado para trabajar en Residencia Yerbal en la zona de Flores, ya transcurrían los albores de la democracia en el país. Seguí mi desempeño con distintos cargos y responsabilidades en otras dependencias del PAMI y en un momento me llegó la noticia que Cabildo ostentaba el mayor número de suicidios entre las personas internadas en sus residencias propias. En el año 2011 la Residencia Cabildo cesó en sus funciones por no hallarse en condiciones de prestar un servicio indispensable para los mayores allí alojados, con importantes riesgos edilicios. Muchos de los internos allí alojados, con la debida antelación habían sido trasladados en primera instancia a un Hotel dependiente de la Gendarmería Nacional ubicado en la zona de San Telmo en la CABA.
En el verano del año 2022 accidentalmente pasé por el predio donde se ubicaba, la ex Residencia Cabildo propiedad del INSSJP y su perímetro estaba todo cerrado con chapas, en las que se distinguían carteles publicitarios del PAMI en los que se hablaba de un modo favorable sobre la Libre elección de prestadores en dicha Obra Social. En noviembre del presente año por Resolución N.º 1810 se creó CENTRO DE PROMOCIÓN, PREVENCIÓN Y REHABILITACIÓN (CPPR)” dentro de la Gerencia de Efectores Propios del INSSJP ubicado en la parte inferior de la anterior Residencia Cabildo (ex zona afectada a su Administración) dedicado básicamente a la rehabilitación personas con trastornos neurocognitivos.
La fotografía muestra un sector de dicho Centro Médico orientado a la rehabilitación que se denomina Casa simulada y vuelvo al recuerdo de mi colega de trabajo del Servicio Social de la Residencia que vestía permanentemente guardapolvo blanco, dentro de la Institución. Metáfora de la colonización médica de los servicios sociales del PAMI.
Sin lugar a dudas una gran alegoría en esta historia sobre los sueños que aún pujan por ser cumplidos. En estos tiempos de nuevos ajustes institucionales, urge la puesta en valor del alma institucional del PAMI para permitir a la población beneficiaría y a sus trabajadores y trabajadoras el mantenimiento de una identidad y un sentido compartido de propósitos.
El alma institucional se fortalece con la rememoración y la historia de los vencidos. Su desarrollo se da a lo largo del tiempo a través de la interacción de los actores de esta institución, en interacción con la comunidad. Se basa en las experiencias compartidas, los éxitos, los fracasos, los desafíos frente a cada nueva gestión institucional y muy por, sobre todo, con las relaciones que se construyen, deconstruyen y reconstruyen, en ese decurso. En su defecto "ni los muertos estarán seguros", como diría Walter Benjamín.
Ciudad de Buenos Aires, 25/12/23
Lic. Roberto Orden
Psicólogo egresado de la UBA.
Mgter. en Gerontología Social, por la Universidad Autónoma de Madrid.
Ex pasante en el Instituto Matía de Euzkadi.
Ex jefe de la División de investigación y planificación del Departamento de Normas y Programas de Tercer Nivel (PAMI).
Ex Jefe del Departamento de Coordinación Sociosanitaria de la Gerencia de UGL (PAMI).
Coordinador del Colectivo Gerontológico en ADISAC Sociedad Científica.